01 ¿Qué es la Ablación por Radiofrecuencia (RFA)?
02 ¿Por qué tratar un tumor mediante RFA?
03 ¿Para qué casos es útil la RFA?
04 ¿Quién puede tratarse con RFA?
05 ¿En qué estadío del tumor es conveniente tratarlo con RFA?
06 ¿Cuál es la manera más favorable de realizar RFA?
07 ¿Qué beneficios pueden esperar los pacientes tratados con RF?
08 ¿Qué contraindicaciones tiene el método RITA?
09 ¿Cuáles son los efectos colaterales y secundarios de la RFA?
10 ¿Cómo se asegura un procedimiento exitoso de RFA?
11 ¿Cómo continúa el tratamiento post RFA?
12 ¿Debe continuarse la quimioterapia después de la RFA?
13 ¿Por qué RFA y no Crioablación?
14 ¿Por qué RFA y no Inyección de Etanol?
15 ¿Cuál es la estadística de sobrevida en pacientes tratados con RF?
Se llama RFA, a la inducción de necrosis del tejido mediante la aplicación de corrientes de radiofrecuencia. La ablación lograda, es una consecuencia del calor generado dentro del tejido por las deformaciones moleculares, causadas por el paso de la corriente a una alta frecuencia alrededor de 450KHz.
02 ¿Por qué tratar un tumor mediante RFA?
Lo más efectivo para combatir un tumor es extirparlo, lamentablemente no siempre es una alternativa; es más, la mayoría de los tumores no son resecables.
Es por esto que la medicina busca distintas formas para tratar los tumores. La Ablación por Radiofrecuencia del tejido neoplásico, es una de las opciones que además de ser un método muy seguro, goza de un índice de efectividad muy elevado.
03 ¿Para qué casos es útil la RFA?
La RFA puede aplicarse en todo tipo de tumores, tanto primarios como secundarios. La experiencia en la República Argentina es muy vasta, se han realizado aplicaciones en hígado, riñón, páncreas, recto, pecho, pulmón, hueso, tiroides; y se han obtenido excelentes resultados. Existen también, experiencias en el mundo sobre la aplicación del tratamiento en tumores de cerebro.
Teóricamente no hay un tejido u órgano, que por algún motivo no pueda ser tratado con RF. La única barrera actual es el "estado del arte", que será superada mediante el desarrollo de técnicas apropiadas, consecuentes de la investigación y la experiencia.
04 ¿Quién puede tratarse con RFA?
La RFA no se encuentra restringida ni por la edad, ni por el sexo. La gran mayoría de los casos que se presentan, pueden ser tratados con RF; solamente pacientes con un sistema inmune deprimido, deben ser estudiados de manera más precisa, debido al riesgo de infección quirúrgica. También se debe tener en cuenta el índice de coagulación del paciente, para poder mantener acotado el riesgo de sangrado.
En los casos que se combine la RFA con quimioterapia (sin importar el orden de los mismos), es recomendable esperar para cada tratamiento unos 15 días, con el fin de mantener un nivel adecuado de reservas hepáticas.
Los pacientes que poseen marcapasos permanente y/o algún tipo de implante, deben tener una evaluación particular, para garantizar que la estrategia utilizada no genere efectos secundarios indeseados.
En los casos de metástasis, deberían realizarse tantas aplicaciones como metástasis existan, lo cual hace inviable el método, aún cuando la aplicación local de la RF es efectiva. Para estos estadíos se deben buscar tratamientos sistémicos. Sin embargo, se suele realizar RFA en los lugares más comprometidos, con el fin de mejorar el estado global del paciente, y así poder aumentar las posibilidades de éxito del tratamiento sistémico.
05 ¿En qué estadío del tumor es conveniente tratarlo con RFA?
Como se mencionó anteriormente, el tratamiento debe ser lo más pronto posible. Una vez diagnosticado, el tumor debe ser removido con la mayor celeridad posible, impidiendo así su crecimiento y la metástasis. Incluso, teniendo en cuenta que un tumor es benigno, sólo hasta que se "despierta", siempre es conveniente tratarlo en cuanto no se afecten estructuras y/o funciones vecinas.
06 ¿Cuál es la manera más favorable de realizar RFA?
Siempre que sea posible, se intentará realizar la aplicación de la manera menos traumática para el paciente. Es decir que primero se evaluarán las diferentes posibilidades de realizar el tratamiento, ya sea en forma percutánea, mediante laparoscopía o a cielo abierto. Estas alternativas dependen, entre otras cosas, de la cantidad de aplicaciones necesarias, la ubicación del tumor, la accesibilidad, el compromiso con estructuras vecinas.
Es recomendable, en muchos casos, realizar la RFA combinada con algún tratamiento sistémico, para minimizar los riesgos de metástasis y aumentar las posibilidades de éxito.
07 ¿Qué beneficios pueden esperar los pacientes tratados con RF?
Generalmente es difícil mensurar los beneficios, sobre todo cuando entran en juego variables potenciales (es decir cosas que podrían haber sucedido). No obstante, si nos basamos en las estadísticas de tumores tratados mediante RFA, se puede afirmar que estamos hablando de un método muy seguro, con un alto índice de efectividad, muy tolerable por los pacientes, y con pocos efectos colaterales y secundarios.
El tratamiento en sí, tiene un muy bajo riesgo de complicaciones por hemorragias, debido a que la RF permite la ablación del trayecto de salida de la aguja, cauterizando el recorrido y favoreciendo la hemostasis. Esta práctica disminuye el riesgo de diseminación de las células neoplásicas.
También se debe destacar que el método puede ser aplicado en forma percutánea, técnica mínimamente invasiva, con un volumen de ablación de hasta 9cm de diámetro en una única aplicación; lo que se traduce en menores tiempos de, internación, riesgos y traumas post quirúrgicos.
08 ¿Qué contraindicaciones tiene el método RITA?
El método RITA no posee contraindicaciones más allá de las mencionadas anteriormente, los casos de pacientes con su sistema inmunológico deprimido o con alguna deficiencia en el mecanismo de coagulación.
Antiguamente no era posible aplicar la RF en pacientes con marcapasos o con implantes de materiales conductivos, pero actualmente se han realizado trabajos y se han desarrollado métodos que permiten el tratamiento en estos casos.
09 ¿Cuáles son los efectos colaterales y secundarios de la RFA?
Si bien se trata de un método muy seguro, con muy pocos efectos colaterales y secundarios, es posible que se den casos de perdida de sangre, infecciones, neumotórax, quemaduras de la piel, arritmia cardíaca o efectos secundarios del sistema nervioso como paresias.
Es de esperarse un ligero aumento en los niveles de transaminasas y en la temperatura, como resultado de la necrosis producida. La fiebre puede durar hasta tres días, y generalmente se administra paracetamol para aliviar los síntomas.
Si el tumor está localizado cerca del diafragma, los pacientes pueden experimentar un derrame pleural asintomático. Dicho derrame puede tener algunas semanas de duración y que no requiere tratamiento.
Comparando el limitado número de complicaciones que se presentan, con los excelentes resultado obtenidos tanto en la República Argentina como en el mundo, puede afirmarse que la relación riesgo-beneficio, es altamente favorable.
10 ¿Cómo se asegura un procedimiento exitoso de RFA?
Si bien el método de RFA tiene en sí, la capacidad de lograr una intervención exitosa, la clave fundamental para asegurar tal éxito, se encuentra en mantener controladas las variables más influyentes del proceso.
Lo primero que se debe realizar son estudios de imágenes (ultrasonido, tomografía, resonancia magnética, rayos X, centellogramas), con el fin de determinar fehacientemente la cantidad, ubicación y tamaño de todos los tumores.
Luego, a partir de estos datos, se debe diseñar la estrategia de aplicación del método; definiendo la forma de intervención (percutánea, laparoscópica o a cielo abierto) y mediante que guía de imagen (ultrasonido, tomografía o resonancia), se posicionará el catéter de ablación. En esta fase, también se establece la cantidad de aplicaciones y las formas de acceso al tumor.
Antes de realizar la intervención, es necesario evaluar los riesgos por infecciones quirúrgicas, hemorragias, reservas hepáticas, implantes, marcapasos y estructuras vecinas, que puedan dañarse o interfieran provocando una ablación incompleta.
Durante la intervención se deben monitorear y controlar las temperaturas dentro del volumen de ablación, la potencia entregada, el tiempo de aplicación y la impedancia del circuito paciente. Si por alguna razón, alguna de estas mediciones no se encuentra dentro de los rangos preestablecidos en los procedimientos, debe presuponerse que no se logro la ablación y se debe repetir la aplicación.
Por último, es necesario el seguimiento con estudios de imágenes a corto, mediano y largo plazo, para controlar la recuperación del paciente, los posibles efectos secundarios y la eficacia del tratamiento.
11 ¿Cómo continúa el tratamiento post-RFA?
Convencionalmente, los pacientes son observados durante la semana posterior ala cual se han sometido al tratamiento. La necrosis completa de la lesión se determina a través de una TC durante este período.
Es recomendable realizar nuevas tomografías dentro de los siguientes plazos, 30 días, 3, 6 y 12 meses. En este período de mediano plazo se pueden detectar ablaciones incompletas, recidivas, metástasis u otras complicaciones relacionadas con el tratamiento.
12 ¿Debe continuarse la quimioterapia después de la RFA?
En este punto se debe aclarar que la RFA no es comparable con la quimioterapia. Mientras que la RFA es un método de tratamiento local de tejido neoplásico, la quimioterapia es un tratamiento sistémico; es decir que actúa sobre todo el organismo del paciente.
Diversos estudios han mostrado un incremento en la efectividad de la quimioterapia cuando está asociada con la RFA. Es por esto que se recomienda que el paciente continúe con dicho tratamiento. Se esta investigando hasta que punto pueden reducirse, ya sea de forma cualitativa y cuantitativa, las aplicaciones quimioterapéuticas, asegurando la efectividad del tratamiento.
No obstante, es el oncólogo quien deberá decidir en este aspecto.
13 ¿Por qué RFA y no Crioablación?
Hasta hace poco, la crioterapia era considerada una de las pocas modalidades de tratamiento con resultados curativos, para muchas de las lesiones no resecables. Pero las complicaciones que se han reportado sobre este tratamiento son numerosas y van desde hipotermia, fístulas biliares, sangrado, trombocitopenia, coagulopatías, shock criogénico, mioglobinuria, lesiones iatrogénicas, desequilibrio electrólito, embolia por nitrógeno, absceso, derrame, atelectasis pleural, falla renal y necrosis tubular, elevación transitoria de enzimas, leucocitosis, temperatura, hipoglucemia, hasta la muerte.
La RFA puede alcanzar resultados ablativos con mínimas complicaciones, tal como se menciona en el apartado de la pregunta sobre efectos colaterales y secundarios.
14 ¿Por qué RFA y no Inyección de Etanol?
Si bien la Inyección de Etanol ha demostrado ser una muy buena opción como método de tratamiento para los tumores, numerosos estudios revelaron las limitaciones que tiene. Una de las más importantes, es el bajo control sobre la perfusión. En algunos casos el alcohol difunde más allá de los límites preestablecidos, produciendo necrosis indeseadas. En otros casos la solución no penetra al tumor, generando así una ablación incompleta haciendo fracasar el método. La inyección de Etanol es particularmente efectiva en tumores de hasta 3cm de diámetro.
En este sentido, como se hace referencia en la pregunta 10, el método de RFA es más preciso si se controlan las variables de temperatura, tiempo, potencia e impedancia. Si durante la aplicación, todas estas variables se mantuvieron dentro de los parámetros establecidos, el error del diámetro del volumen de ablación, es de unos pocos milímetros. Esto asegura no haber comprometido estructuras vecinas y haber logrado una ablación exitosa.
Las otras grandes ventajas de la RF son, la capacidad de realizar ablaciones de 9cm en una única aplicación, ablacionar volúmenes mayores a 9cm con aplicaciones solapadas, y la posibilidad de realizar la ablación de la trayectoria de salida de la aguja.
15 ¿Cuál es la estadística de sobrevida en pacientes tratados con RF?
Numerosos artículos reportaron que la RFA es segura, bien tolerada y un efectivo procedimiento para alcanzar la destrucción de la lesión en pacientes con tumores irresecables.
La RFA se aplica en los centros más importantes del mundo con una efectividad en una sola aplicación que oscila entre el 90 y el 96.4%.
Ya se llevan tratados más de 50.000 pacientes alrededor del mundo y con una sobrevida de 5 años (según, las conclusiones del Congreso de Cirugía Oncológica de Denver, 2002, USA) con entre el 15 y el 20% de casos con recidivas, que fueron nuevamente tratadas con RFA. |